Hacer escuela
La Coordinación de Cultura del CMDO «Felipe Moré» me invitó la semana pasada a leer en la escuela Santa Lucía, en el marco del programa «Los poetas hacen escuela» que se lleva a cabo desde 2010. Pasamos un rato espléndido con los chicos y chicas de segundo año, leyendo algunos textos de Tríptico y conversando sobre la experiencia de escribir. Lo que sigue es la crónica de Majo Draperi, que además de acompañarnos se encargó de tomar algunas fotos.
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Segundo encuentro de Los Poetas Hacen Escuela en Santa Lucía
“La literatura, nos invita a vivir —de a ratos— una vida diferente”
El escritor rosarino Javier Núñez cautivó a los chicos del Santa con sus cuentos. El área de Cultura del Centro Municipal Distrito Oeste “Felipe Moré” organiza desde el año 2010 el ciclo “Los poetas hacen escuela” con el objeto de acercar la literatura a los jóvenes.
Durante el 2013 la propuesta llegó a los jóvenes de segundo año de la Escuela Media N° 569 de barrio Santa Lucía. Fue en marzo cuando Federico y Lidia del área de Cultura del CMDO coordinaron el primer encuentro del año con la visita de Celeste Galiano, quien se acercó a compartir con los chicos su poesía y prosa breve.
Con el objetivo de continuar las líneas de trabajo, el viernes pasado un entusiasmado grupo de estudiantes recibió al escritor rosarino Javier Núñez, quien fue uno de los diez finalistas del Premio Emecé de novela 2011 y reciente ganador del VI Premio Latinoamericano a Primera Novela Sergio Galindo, convocado por la Editorial de la Universidad Veracruzana de México.
Al calor de la estufa, los adolescentes compartieron la lectura de algunos de los cuentos del escritor con los que ya habían tenido un primer acercamiento. Primero fue el turno de “Soltar”, un relato breve que narraba las sensaciones atravesadas por un personaje al tener que mudarse a otra ciudad luego del divorcio de sus padres.
Después del recreo, los chicos y chicas tomaron la palabra con la idea de despojarse todo tipo de dudas sobre la experiencia de Javier, sobre sus publicaciones y formas de trabajo.
Así, el escritor comentó que desde muy chico comenzó a leer, seducido por una gran biblioteca que había en la casa de sus padres. En este sentido, Javier comentó que a los 14 años resultó ganador de un concurso literario en una revista, donde le publicaron su primer cuento breve repleto de fantasía. “La experiencia de la lectura es increíble por todos los mundos que nos propone, porque siempre nos invita a vivir de a ratos una vida diferente”, agregó Núñez mientras contagiaba a los chicos con lo más enriquecedor de su experiencia.
Una de las preguntas que resonó en el aula fue con respecto a las fuentes que pueden servir de ideas para la redacción. En este sentido, Javier comentó a los chicos que sus textos han sido inspirados principalmente por sus propias lecturas, por sus recuerdos y por la observación de los hechos más cotidianos, y agregó: “Por ejemplo, uno de los cuentos de mi último libro surgió a partir de una anécdota que me contó un amigo durante una sobremesa”.
Así, llegó el momento de compartir en ronda la lectura de otro de sus cuentos publicados en su libro “Tríptico”, que será editado en los próximos meses por la editorial Eduvim de la Universidad Nacional de Villa María.
Otra de las dudas más mencionadas entre los jóvenes fue acerca de cuánto puede tardarse para escribir un cuento o una novela. Al respecto, Javier comentó que un cuento para él puede escribirse en un par de horas, pero siempre le lleva otro tanto su modificación, y añadió que de modo similar le ocurrió con su novela “La Doble Ausencia”, ya que tardó aproximadamente seis meses en escribirla y otros seis en corregirla.
Más tarde, todos los presentes se pusieron a conversar acerca de por qué resulta interesante escribir ficción. Allí, el escritor dijo haberse acercado a la literatura por todo lo que ella puede ofrecer: “Sirve para inventar historias y personajes, para expresar sentimientos y contar cosas, para recuperar recuerdos y crear otros mundos”.
Antes de terminar la jornada, todos los jóvenes se acercaron en ronda hacia Javier para pedirle autógrafos, y el escritor se despidió agradecido, con la idea de volverse a encontrar durante la actividad de cierre de año, para seguir compartiendo su obra junto a la de los nuevos poetas de Santa Lucía.
Piyama de Calle 
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